
El cambio climático causado por el hombre aumentó las temperaturas en Islandia y Groenlandia en varios grados durante una ola de calor récord en mayo, lo que ha generado preocupación acerca de las implicaciones de largo alcance que tiene el deshielo en el Ártico para el clima en todo el mundo, según un análisis científico publicado el miércoles.
La capa de hielo de Groenlandia se derritió mucho más rápido de lo normal durante la ola de calor, de acuerdo con el análisis de World Weather Attribution, y al menos dos comunidades registraron temperaturas récord para un mes de mayo. Zonas de Islandia experimentaron temperaturas de más de 10 grados centígrados por encima del promedio, y el país batió su marca de temperatura más alta en mayo, cuando el aeropuerto de Egilsstadir alcanzó los 26.6 grados centígrados el 15 de mayo.
Los hallazgos se producen mientras los líderes mundiales ponen más atención en Groenlandia, un territorio semiautónomo de Dinamarca, tras los comentarios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que le gustaría anexionar la isla rica en minerales.
La quema de combustibles fósiles para la electricidad y el transporte libera contaminantes como el dióxido de carbono que hacen que el planeta se caliente de manera anormalmente rápida. El Ártico es uno de los lugares de la Tierra donde más suben las temperaturas.
Incluso en el clima actual, que suceda una ola de calor tan intensa en la región es algo relativamente raro, con un 1 por ciento de probabilidades de que ocurra en un año, indicó el análisis. Pero sin el cambio climático causado por el ser humano, este fenómeno sería “básicamente imposible”, apuntó Friederike Otto, profesora asociada de ciencias climáticas en el Imperial College de Londres, una de las autoras del reporte.
El calor extremo fue 40 veces más probable en comparación con el clima preindustrial.
Otto afirmó que este fenómeno meteorológico extremo afecta a todo el mundo.
Deshielo de Groenlandia podría alterar las corrientes oceánicas clave del Atlántico
A medida que la capa de hielo de Groenlandia se derrite, libera enormes cantidades de agua dulce a los océanos salados. Los científicos sostienen que esto podría ralentizar la circulación de vuelco meridional del Atlántico, una corriente oceánica que mueve el agua desde el golfo de México a través del océano Atlántico hacia Europa y luego al Ártico.
Esa ralentización podría perturbar los patrones climáticos y meteorológicos globales.
“La naturaleza del clima en el hemisferio norte está directamente ligada a lo que está sucediendo en el Ártico, porque esa capa de hielo que se encuentra básicamente en la parte inferior de la atmósfera ayuda a determinar los patrones climáticos que tenemos”, dijo Waleed Abdalati, que dirige un instituto de ciencias ambientales en la Universidad de Colorado Boulder y no participó en el análisis de WWA.
La capa de hielo de Groenlandia y el hielo que cubre el Ártico pueden influir en dónde y cuándo sopla el viento, cuánta agua contiene el viento y si las precipitaciones caen en forma de lluvia o nieve.
La mayor parte del deshielo en Groenlandia ocurre en junio, julio y agosto. La ola de calor de mayo significa que este año habrá una temporada de deshielo más larga.
El derretimiento de las capas de hielo y los glaciares también contribuye al aumento del nivel del mar, que amenaza con inundar las costas en todo el mundo y anegar las naciones insulares de baja altitud en el océano Pacífico.
Las comunidades indígenas de Groenlandia enfrentan condiciones de viaje cada vez más peligrosas a medida que el hielo marino que antes estaba constantemente congelado comienza a derretirse. Se pierde el acceso a las zonas tradicionales de caza y los trineos tirados por perros ya no pueden recorrer las mismas rutas. Además, el deshielo del permafrost puede desestabilizar las construcciones y aumentar el riesgo de deslaves y tsunamis causados por deslizamientos de tierra.
Groenlandia rechaza el interés de EU
Groenlandia saltó recientemente a la primera plana de la actualidad global por el interés de Trump en anexionarla. La isla ártica es rica en petróleo, gas y minerales de tierras raras, y su proximidad a Estados Unidos, Rusia y Europa despierta un gran atractivo geopolítico.
El primer ministro, Jens-Frederik Nielsen, afirmó que Groenlandia “nunca, jamás, será una propiedad que pueda ser comprada por cualquiera”.
Twila Moon, subdirectora científica del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de Estados Unidos, indicó que es esencial que los groenlandeses lideren las decisiones sobre su territorio. “Sin duda, una parte importante de esta conversación tiene que ver con el cambio climático y sus efectos”, dijo.