
Como soldados que saben la hora en la que se deben parar y comenzar sus tareas, los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se preparan desde su campamento para salir a marchar y bloquear las calles de la Ciudad de México.
El reloj de la Catedral Metropolitana y sus campanarios anuncian que es hora de activarse, ir al baño, bañarse y desayunar para pase de lista y comenzar a movilizarse en calles y avenidas de la capital del país como parte de las protestas que llevan a cabo.
Desde hace 15 días, los habitantes de la Ciudad de México han tenido que cambiar sus rutinas, salir antes al trabajo o enfrentarse a un bloqueo más de los maestros.
El aeropuerto, Paseo de la Reforma, Circuito Interior, la avenida Insurgentes, han sido cerradas por la CNTE, lo que han provocado que la gente tenga que bajarse del transporte público y caminar para llegar hasta sus destinos y otros más han quedado atrapados en estos bloqueos.
En el Zócalo, entre los olores de las coladeras, el estancamiento del agua y la preparación de un desayuno, los maestros tienen una rutina para comenzar su día.
Entre el repicar de las campanas y las alarmas de los celulares, los integrantes de la CNTE se levantan, algunos de ellos corren a los baños portátiles instalados cerca de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobre Pino Suárez.
Los barrenderos del gobierno de la Ciudad de México hacen sus labores de limpieza, barren las zonas aledañas a la plancha del Zócalo y las calles que han sido ocupadas por el magisterio.
Gilberto, uno de los barrenderos, le tocó limpiar este miércoles la basura que dejan los maestros. Llegó a las 05:00 y comenzó a trabajar a las 05:30 de la mañana, en lo que se organizaba con sus compañeros para dividir las calles.
Los maestros que ya están caminando en la Plaza de la Constitución aprovechan a los vendedores de café y pan, gelatinas y tortas frías, para tener el primer bocado en la panza.
Desayunos para dos magisterios
Mientras, las maestras tienen mesas instaladas entres las casas de campaña, con cocinas improvisadas. Ahí ya tienen sus sartenes verdura, jamón, huevo entre otros alimentos.
Pronto el humo sale de entre las casas de campaña, el olor a café y a huevo con jamón comenzó a apoderarse de la Plaza de la Constitución, el desayuno casi estaba listo. Los rayos del sol ya pegan poco lo que unas maestras lo aprovechan para desentumecerse y desayunar para unirse a la marcha.
Las maestras ya habían hecho suficiente huevo con jamón como para alimentar “dos magisterios”, bromeó una de ellas mientras otros de sus compañeros pasan los platos de comida a quiénes ya se van a las manifestaciones.
La comida la preparan en el anafre con carbón. Los que terminan antes y no van a la marcha aprovechan para limpiar su área de campaña y bañarse.
Los profesores tienen un contacto en República de Perú 104, en donde usan regaderas por 40 pesos y baños por 10 pesos. Hay otro en República de Cuba 87, ahí también pueden bañar y con suerte les toca “agua caliente” o fría si llegan tarde.
Las palomas conviven con ellos, esperan la caída de una pedazo de tamal o pan, que ellas puedan levantar para comer. Prácticamente sobreviven juntos en el primer cuadrante de la ciudad.
A las 8:25 de la mañana, la campana de la Catedral Metropolitana comenzó a sonar, los profesores sabían que faltaba poco “para la media”, y unos sin ver el reloj se empiezan a mover a su punto que les toca para marchas.
Pase de lista y a caminar
Las secciones hacen un pase de lista y para informarles a quiénes les toca participar en las actividades del día.
El profesor encargado regaña a algunos docentes que han aprovechado su estancia en la zona para echarse una que otra copita, que ha terminado en algunos altercados.
“Eso no es parte del movimiento o no responde a lo que estamos exigiendo, tengan cuidado compañeros”, dice el profesor que mantenía un altavoz y una tabla de madera.
Otros, se preguntan cómo se van a trasladar hasta el punto en donde tienen previsto un bloqueo al no tener dinero.
“Te doy 20 pesos, cobra cinco aquí está la tarjeta, no se si tenga aún”, le dice una maestra a uno de sus compañeros quien tenía que encaminarse a la marcha. El líder les comenta que hay alternativas para por si el transporte público dejaba de operar.
“Lleven chamarra y paraguas por si hace frío o llueve”, les dice por último ese líder magisterial.
Las 8:40 de la mañana y la campana de la Catedral vuelve a sonar, los profesores se dan cuenta que ya es tarde, hay que correr. Ya listos, se encaminan hacia el Eje Central.
Ciudad de México, en caos desde hace 15 días
Ayer, cerca de mil 500 integrantes de la CNTE colapsaron la circulación vial en Paseo de la Reforma desde El Caballito hasta el Circuito Interior.
Además, provocaron el cierre de estaciones del Metrobús de la Línea 4, Línea 7, Línea 1 y Línea 3 que cruzan diferentes zonas de alta afluencia laboral en la capital mexicana.